REFLEXIONES

AQUÍ que nuestras contemplaciones sean invocadas en el relato de Ciro, y contemplen en él un tipo vivo del verdaderamente ungido del Señor, lleno de gracia y de verdad, el Señor Jesucristo. Se predijo que Ciro doscientos años antes de su venida libraría al pueblo del Señor de Babilonia, pero Jesús fue presentado como un libertador del pueblo del Señor del pecado y de la muerte, desde la eternidad. El que ministró a una salvación temporal; el otro a un eterno.

El uno resultó ser una bendición por un tiempo; el otro para siempre. El salvo del dolor de este mundo; el otro de todos los males de esta vida y la venidera. ¡Granizo! ¡Todo glorioso y todopoderoso Libertador! Jehová de los ejércitos es tu nombre.

Pero, alma mía, ¿Ciro proclamó la liberación de los cautivos? ¿Hizo el rey persa que se publicara que todos los que estaban con Dios podrían salir libres y regresar a Jerusalén de su cautiverio? ¿Y se ofreció voluntariamente el pueblo, en cuyos corazones estaba el Espíritu de Jehová, para aprovechar estos privilegios? ¿Y Jesús, a quien el Padre ungió para predicar el evangelio a los pobres y dar libertad a los cautivos, emitirá su proclamación sin que nadie la escuche? ¡Oh! ¡Señor Dios! tú, que con bondad pusiste tu Espíritu en la mente del jefe de los padres; exponga su Espíritu ahora.

Señor, inclina el corazón de los pecadores para que vean y sepan que ha llegado el año del jubileo. Que se cumpla esa preciosa promesa en la que has dicho: El día que suene la gran trompeta, vendrán los que están a punto de perecer. ¡Hazlo tú, precioso Señor Jesús! Obra en la mente de los pecadores tanto el querer como el hacer de tu buena voluntad. Y Señor, en misericordia, concede que ninguno de los tuyos permanezca en la Babilonia de este mundo, ni se encariñe con las cadenas que el pecado y Satanás ha echado alrededor de ellos.

Que oigan tu voz, Hijo de Dios. porque dijiste que todos los que viven en la tierra vivirán: Por la sangre de tu pacto saca los presos del pozo en que no hay agua. Toma para ti tu gran nombre, y reina y gobierna al Todopoderoso, Señor universal, de todos. Amén.

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