Observa el sacrificio de la mañana y de la tarde. Recuerde aquí de nuevo, lector, que como esto era conforme a la ley de Moisés, se ofrecía el cordero del sacrificio de la mañana y de la tarde. ¿Y qué podría representar más plenamente al Cordero de Dios que quita los pecados del mundo? Observa lo que se dice del miedo de la gente. Estaban rodeados de enemigos dispuestos a aprovechar su actual estado de indefensión.

Pero, sin embargo, en medio, los servicios del Señor no serán descuidados. Recuerda, lector, cómo se dice que el Espíritu del Señor estuvo sobre ellos, al inclinar su corazón al negocio. Siempre es provechoso mirar al Espíritu Santo en su misericordioso ministerio.

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