Y Sara dijo: Dios me ha hecho reír, para que todos los que oigan se rían conmigo. Y ella dijo: ¿Quién le hubiera dicho a Abraham que Sara debería haber dado de mamar a los niños? porque le he dado un hijo en su vejez.

¡Lector! Haga una pausa aquí para comentar, que si bien el regalo de un Hijo se convirtió en un tema de asombro para Sara; ¡Qué mayor motivo tenemos de asombrarnos tú y yo, de que Dios haya dado a su Hijo unigénito, para el fin, para que todos los que creen en él no se pierdan, mas tengan vida eterna! Es más, para avanzar un paso más en la maravillosa misericordia, ¿quién podría haber creído que tal regalo se te debería haber dado a ti oa mí? Bien podemos exclamar con el profeta: Maravíllate, oh cielos, y asómbrate, oh tierra.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad