(23) В¶ ¡Oh, que mis palabras estuvieran escritas ahora! ¡Oh, que estuvieran impresos en un libro! (24) ¡Que fueron esculpidos con pluma de hierro y plomo en la roca para siempre!

Considero estas palabras simplemente como un prefacio de lo que Job estaba a punto de decir, y no lo que ya había dicho. Y en este sentido sirven a modo de introducción, a uno de los ejemplos de fe más ilustres que se puedan encontrar, en lo que respecta al SEÑOR JESUCRISTO en las escrituras del Antiguo Testamento. Le ruego, lector, que a medida que se presenten de esta manera y de una manera tan importante, permita que usted y yo les prestemos atención con más seriedad.

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