E inmediatamente dejaron el barco y a su padre, y lo siguieron.

Ruego al lector que no pase por alto la soberanía del llamado del Señor. ¡Qué luz tan maravillosa y qué poder tan maravilloso debe haber acompañado sus palabras! Y ruego al lector que recuerde también lo que el ESPÍRITU SANTO ha dicho acerca de esos efectivos llamados de gracia, por sus siervos, Romanos 8:29 ; 2Ti 1: 9; 2 Pedro 1:10 .

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