La sanguijuela tiene dos hijas que gritan: da, da. Hay tres cosas que nunca se satisfacen, sí, cuatro cosas que no dicen, es suficiente: la tumba; y el vientre estéril; la tierra que no está llena de agua; y el fuego que no dice: Basta. El ojo que se burla de su padre, y menosprecia el obedecer a su madre, lo sacarán los cuervos del valle, y lo comerán los águilas.

Hay tres cosas que son demasiado maravillosas para mí, sí, cuatro que no sé: el camino del águila en el aire; el camino de una serpiente sobre una roca; el camino de un barco en medio del mar; y el camino del hombre con la criada. Así es el camino de la mujer adúltera; Ella come, se limpia la boca y dice: No he hecho maldad. Por tres cosas se turba la tierra, y la cuarta es insoportable: por un siervo cuando reina; y un necio cuando se sacia de carne; Para una mujer odiosa cuando está casada; y una sierva heredera de su ama.

Hay cuatro cosas que son pequeñas en la tierra, pero que son sumamente sabias: Las hormigas son un pueblo poco fuerte, pero preparan su carne en el verano; Los conejos son un pueblo débil, pero hacen sus casas en las rocas; Las langostas no tienen rey, pero salen todas en bandas; La araña se apodera de sus manos y está en los palacios de los reyes. Hay tres cosas que van bien, sí, cuatro son hermosas para ir: un león que es el más fuerte entre las bestias, y no se aparta por ninguno; Un galgo; un macho cabrío también; y un rey contra quien no se levantará.

Si has hecho locura al ensalzarte, o si has pensado mal, pon tu mano sobre tu boca. Ciertamente el batir la leche da mantequilla, y el que se retuerce la nariz sacará sangre; así, el impulso de la ira produce contienda.

Incluyo la totalidad de estos versículos en una sola lectura. Todos describen una y la misma cosa, a saber, la profundidad de la iniquidad en el corazón humano, la cual, como el Señor ha dicho por medio del Profeta, nadie sino el que escudriña el corazón y prueba las riendas, puede conocerlo. Jeremias 17:9 . ¡Pero lector! ¡Qué fuerza de argumentación proporcionan todas estas cosas para agradar y hacer interesante a Jesús y su gran salvación!

¿Dónde oa quién, bendito Señor, pueden las pobres criaturas contaminadas que aquí se describen, buscar liberación, sino a ti, que eres el SEÑOR, NUESTRA JUSTICIA? ¡Lector! mientras meditas estas cosas y aprendes de ellas la depravación universal y la corrupción del corazón, ¿puedes unir el resultado de esa bendita escritura, en la conciencia de ser el feliz participante de ella? Y esto erais algunos de vosotros: pero habéis sido lavados, pero habéis sido santificados; pero sois justificados en el nombre del Señor Jesús y por el Espíritu de nuestro Dios. 1 Corintios 6:11

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad