REFLEXIONES

¡Mi alma! Me parece que pasaría por alto todas las consideraciones menores, para contemplar a Jesús en este dulce punto de vista, como tu Fiador y tu Salvador, convirtiéndome así en la cabeza de su iglesia y descansando en la fidelidad de Jehová para llevarlo a través de la obra de redención. Es bendito, es provechoso, es la felicidad misma, contemplar a Jesús en toda su maravillosa condescendencia. Cuando el Hijo de Dios condescendió a hacerse hombre, se volvió sujeto a todo lo que el hombre está sujeto, con la única excepción del pecado.

Y la santidad y pureza de su naturaleza, excluían totalmente la posibilidad de pecar. Pero la debilidad de nuestra naturaleza, y las debilidades de esa naturaleza en el hambre, la sed, el cansancio y cosas por el estilo, relacionadas con una naturaleza sin pecado, esto lo sabía, alma mía, tu Fiador, tu Jesús. Mírelo entonces, en este estado, listo para dedicarse al servicio de Jehová su Padre, para la salvación de sus escogidos; y, como lo representa este Salmo, buscar ayuda y descansar para esa ayuda en la fidelidad de Jehová.

Y cuando menos miraste a tu Jesús en este carácter el tiempo suficiente para sentir todos tus afectos ir tras él en cada tierna mirada; luego, contempla tu pacto con Dios y Padre respondiendo a la petición de tu Redentor, en todas esas benditas seguridades aquí dadas, de apoyo y poder. Y oh, alma mía, descansa por todos tus propios suministros necesarios, por cada gracia aquí y gloria en el futuro, sobre estos dos grandes pilares y el fundamento de tu fe, los compromisos del pacto del Padre y los méritos y la muerte del Hijo.

Reciba a Jesús como Jesús, el regalo del Padre a los pobres pecadores, en todas las glorias de su propia persona, la suficiencia y eficacia de su satisfacción y la salvación de Jehová hasta los confines de la tierra. Y mientras el Espíritu Santo pone su sello a estas benditas verdades tal como están en Jesús, encomienda todas tus preocupaciones en su mano omnipotente, para que en tu salida y en tu entrada, en el tiempo y por toda la eternidad, Jesús sea tu esperanza. y tu porción para siempre.

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