Si bien aquí también distinguimos a Cristo, como nuestra gloriosa Cabeza, buscando así, sobre todas las cosas, la comunión con el Padre; y mientras contemplamos al bendito Jesús pasando noches enteras en oración a Dios ( Lucas 6:12 ), podemos, en virtud de nuestra unión con él e interés en él, ver cuán deliciosa se vuelve esta evidencia de nuestra nueva vida.

Hermano mío, si el Señor Jehová es en verdad tu luz y salvación, entonces esta única cosa será también la única cosa necesaria, y el gran deseo de tu alma: nadie que haya visto una vez al Rey en su hermosura, sentirá su corazón cautivado con cualquier otro. Contemplar la gloria, la gracia, la sabiduría, el amor y la fidelidad en Dios Padre, como se manifiesta más eminentemente en la redención de su amado Hijo; contemplar las glorias de la persona de Cristo, las infinitas bellezas en sí mismo y las infinitas riquezas en su salvación; Y para admirar y adorar el amor, la gracia y la condescendencia de Dios el Espíritu: quien haya visto así a Jehová, en su triple carácter de persona, encontrará, bajo Cristo, un corazón constreñido, por la misma influencia, a desear a éste. cosa, y sólo esta, como la suma total de toda la felicidad.

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