Si el lector marca las diferentes expresiones aquí y se dirige a las escrituras acerca de Cristo, descubrirá su clara y evidente referencia a Jesús. David nunca fue reprochado con tanta amargura como Cristo: ni un temor tan grande para su conocido, ni los hombres huyeron de él tan temerosos del peligro, como en el caso de Jesús. Pero encontramos a Jesús en verdad reprochado por ser un blasfemo, un engañador, un bebedor de vino, un amigo de publicanos y pecadores, e incluso un diablo.

Por temor a verse envueltos en la misma ruina, todos sus discípulos lo abandonaron y huyeron; y a su muerte, aunque habían confiado en que era él quien habría redimido a Israel, tan pronto como fue puesto en el sepulcro, fueron a punto de volver a sus ocupaciones habituales. Lucas 24:21 ; Juan 21:3 .

Y nunca, seguramente, los hombres procedieron con más calumnias, mezcladas con temor y aprensión, que cuando los principales sacerdotes y el concilio planearon con el traidor Judas contra el Señor de la vida y la gloria. Juan 11:47 ; Mateo 26:59 ; Mateo 26:59 .

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