Continuando con el recuerdo del bendito Jesús como Cristo considerado aquí principal y principalmente, no encontramos en toda la vida del Mediador, mientras estuvo en la tierra, a Jehová apoyándolo. Y aunque no leemos en verdad acerca del lecho de languidez de Cristo, sin embargo, el evangelista nos dice que él mismo tomó nuestras debilidades y llevó nuestras enfermedades; Mateo 8:17 .

Por eso estamos autorizados en la aprehensión general tanto de las dolencias como de las dolencias, a considerar su vida, como la nuestra, expuesta a todos los dolores y sufrimientos de la misma, cuando se colocó en nuestra sala de abogados, y como nuestro Fiador y Representante. Mientras contemplamos a Cristo en el primer y principal sentido, como se establece en este Salmo, podemos entonces con mucha seguridad, como la iglesia en él; y por su bien, tener derecho a las mismas bendiciones y apoyos que aquí se prometen. Pero ciertamente no más. De Cristo trata esta escritura; y luego de su iglesia en él.

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