¡Qué versículo tan bendito es este! Y qué bienaventuranza induciría en la mente de los fieles si vivieran eternamente bajo la influencia de la gracia. ¡Oh! ¿Cómo impulsaría nuestro corazón a poner todo nuestro cuidado en Aquel que se preocupa por nosotros? ¡Bendito Señor! No me atrevo a pasar por alto la lectura de este bondadoso precepto tuyo sin mirar hacia arriba y orar pidiendo gracia para hacer lo que has dicho. ¡Sí! bendito Jesús! ¡Me quedaría quieto! Sabiendo que eres Dios de tu iglesia, Dios de tus redimidos, Dios de toda la tierra, podemos dejarlo todo contigo, ya sean asuntos privados, públicos o personales.

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