Observe cómo los intereses de Sion todavía estaban cerca del corazón de David. Este fue el momento más solemne que David había visto en su vida, cuando uno podría haber pensado que sus propios dolores personales se habrían tragado la consideración de todos los demás. Pero no: recuerda a Sion en sus épocas más tristes, así como en su mayor alegría. Lector, ¿cómo deberíamos sentirnos tú y yo por Sion en sus actuales circunstancias de languidez?

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