Nada, me atrevo a creer, ha tendido más a oscurecer las glorias del Señor Jesús, y a ocultar a la vista del lector ordinario las muchas cosas benditas que el libro de los Salmos presenta continuamente acerca de la persona y el reino de Jesús. , bajo el nombre de David, que confundir lo que se dice de Cristo con los pensamientos de David, rey de Israel. David fue un tipo eminente de Cristo, es cierto; pero el nombre de David, en el sentido de Cristo, fue usado por los profetas siglos después de que David murió y fue sepultado.

Ver Jeremias 30:9 ; Ezequiel 34:23 ; Oseas 3:5 . Por eso, el apóstol Pedro, en su sermón, en el día memorable de Pentecostés, se esforzó por desviar la atención de los judíos por completo de David, para fijarla en Cristo.

En este pasaje (el versículo 19) en particular, sería la mayor violencia en la escritura permitir que la más pequeña idea de David, rey de Israel, pase por la mente, mientras presta atención a las sublimes verdades aquí registradas. ¿Qué visión, o qué santo, podrían significar estas palabras, sino Aquel que fue levantado desde la eternidad y el único digno de tomar el libro y abrir sus sellos? Proverbios 8:23 ; Apocalipsis 5:1 .

¿Y no fue Cristo en su naturaleza humana, como el Cristo de Dios, elegido entre el pueblo? ¿No es una bendición considerar a esa Persona individual, esa cosa santa, así llamada, Lucas 1:35 ; ese cuerpo que el Padre le dio con el propósito expreso de salvación, Hebreos 10:5; el uno, el mismo individuo elegido entre el pueblo? ¿Contemplar la elección del Padre y la unción del Espíritu de él, nuestro gran Representante, adecuado para los propósitos de nuestra salvación y lograr nuestra redención por su sangre y justicia? Y, desde este punto de vista, ¡cuán bienaventurados son todos esos compromisos del pacto y las promesas de un Dios fiel, y cuán eternamente seguras hacen que todas nuestras seguridades de justicia y felicidad eterna en él! Lector, si leemos estas escrituras con referencia a Cristo y nuestro interés en él, en virtud de su mérito en todo lo que hizo y en todo lo que sufrió como Fiador y Representante de su pueblo; por medio de la enseñanza del Espíritu, entraremos en el pleno disfrute de las bendiciones aquí enumeradas, y la fe hallará suficiente garantía y autoridad en el Padre '

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