REFLEXIONES

¡Oh Señor! Ayuda ahora a tus siervos con el rostro abierto, como en un espejo, a contemplar tu gloria, y mientras lees estos relatos de tu gracia, manifestada al Profeta, danos un entendimiento correcto en todas las cosas. Carros y caballos y montañas y colinas, todos ministran para la promoción de tu gloria; y todos salgan para ejecutar los sagrados propósitos de tu voluntad, cuando vayan delante del Señor de toda la tierra.

Y tú no es menos omnipotente, Señor Jesús, danos a verte, es tu tipo Josué, coronado de plata y con coronas de oro. Sí, Señor, ya que la redención ha terminado y tú has vuelto a tu gloria y tu reino, haz que todos los corazones se doblen al cetro de tu gracia. ¡Oh, hombre maravilloso, cuyo nombre es el Renuevo! lleva a cabo tus benditos propósitos en la construcción del templo de Jehová; porque solo tú eres capaz de construirlo y de llevar toda la gloria.

Y, ¡oh! Señor, mientras estás sentado y gobiernas en tu trono, Señor, tanto en tu gloria sacerdotal como real, bendice y gobiernas a todos tus redimidos abajo, como glorificas a tu Iglesia arriba. Danos por fe para contemplarte en esos dulces ejercicios de manifestar gracia a tu familia en la tierra, mientras bendices a tus redimidos en el cielo. Amén.

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