Conviértete en la fortaleza, presos de la esperanza: aun hoy declaro que te pagaré el doble; 13 Cuando yo incliné por mí a Judá, llené el arco de Efraín, y levantó a tus hijos, oh Sion, contra tus hijos, oh Grecia, y te hice como espada de valiente 1:14 Y Jehová será visto sobre ellos; y sus flechas saldrán como relámpagos; y el Señor Dios tocará trompeta, e irá con torbellinos del sur.

15 El SEÑOR de los ejércitos los defenderá, y devorarán y sojuzgarán con honda; y beberán y harán ruido como por vino; y se llenarán como copas y como los ángulos del altar. 16 Y el SEÑOR su Dios los salvará en aquel día como rebaño de su pueblo; porque serán como piedras de corona, alzados como estandarte sobre su tierra. 17 ¡Porque cuán grande es su bondad y cuán grande es su hermosura! el trigo alegrará a los jóvenes, y el mosto a las doncellas.

¿Qué es esta fortaleza, sino la fortaleza de la salvación en Jesús? ¿Y quién puede entregarse en esto, sino las almas dispuestas? Pero observe la promesa de este significado. Te daré el doble. ¿Quién promete esto sino Jehová? Grecia se inclinará hacia Sion, porque la mano del Señor se verá en la dispensación. Se oirá la trompeta del evangelio eterno. Toda la obra, toda la gloria es del Señor.

Y la belleza y la hermosura de Cristo serán conocidas, sentidas y adoradas en ese día; y se beberá el vino del Evangelio, y se buscará el amor de Cristo como el bien principal. Para este propósito fue notable el derramamiento de los dones del Espíritu Santo en el día de Pentecostés, y desde ese período hasta el presente, y así sucesivamente mientras la Iglesia continúe en la tierra, en la glorificación de Cristo a la vista de su pueblo, y formándole en su corazón la esperanza de gloria.

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