• Daniel 2:4

    Entonces los caldeos dijeron al rey en arameo: — ¡Oh rey, para siempre vivas! Di el sueño a tus siervos y te declararemos la interpretación.

  • Daniel 2:5

    El rey respondió y dijo a los caldeos: — De mi parte el asunto está decidido: Si no me dan a conocer el sueño y su interpretación serán descuartizados y sus casas serán convertidas en ruinas.

  • Daniel 2:6

    Pero si me declaran el sueño y su interpretación recibirán de mí regalos, presentes y grandes honores. Por tanto, declárenme el sueño y su interpretación.

  • Daniel 2:7

    Le respondieron por segunda vez diciendo: — Diga el rey el sueño a sus siervos y nosotros declararemos su interpretación.

  • Daniel 2:8

    El rey respondió: — Ciertamente yo me doy cuenta de que ustedes ponen dilaciones, porque ven que de mi parte el asunto está decidido:

  • Daniel 2:9

    Si no me dan a conocer el sueño, habrá una sola sentencia para ustedes. Ciertamente se han puesto de acuerdo para dar una respuesta mentirosa y corrupta delante de mí, entre tanto que las circunstancias cambien. Por tanto, díganme el sueño, para que yo sepa que también pueden declarar su interpretación.

  • Daniel 2:10

    Los caldeos respondieron delante del rey: — No hay hombre sobre la tierra que pueda declarar el asunto del rey, porque ningún rey grande y poderoso ha pedido cosa semejante a ningún mago ni encantador ni caldeo.

  • Daniel 2:11

    Además, el asunto que el rey pide es difícil, y no hay delante del rey quien lo pueda declarar, salvo los dioses, cuya morada no está con los mortales.

  • Daniel 2:12

    Por esto, el rey se enfureció y se airó muchísimo, y mandó que mataran a todos los sabios de Babilonia.

  • Daniel 2:13

    Se promulgó el decreto, para que los sabios fueran llevados a la muerte. Y buscaron a Daniel y a sus compañeros para que fueran muertos.

  • Daniel 2:14

    Entonces Daniel se dirigió con prudencia y discreción a Arioc, capitán de la guardia del rey, quien había salido para matar a los sabios de Babilonia.

  • Daniel 2:15

    Habló y dijo a Arioc, oficial del rey: — ¿Cuál es la causa por la que se ha promulgado este decreto tan severo de parte del rey? Entonces Arioc declaró el asunto a Daniel.

  • Daniel 2:16

    Daniel entró y pidió al rey que le diera tiempo para que le declarara la interpretación.

  • Daniel 2:17

    Luego Daniel fue a su casa y dio a conocer el asunto a Ananías, Misael y Azarías, sus compañeros,

  • Daniel 2:18

    a fin de implorar misericordia del Dios de los cielos con respecto a este misterio, para que Daniel y sus compañeros no perecieran junto con el resto de los sabios de Babilonia.

  • Daniel 2:19

    Entonces el misterio le fue revelado a Daniel en una visión de noche, por lo cual Daniel bendijo al Dios de los cielos.

  • Daniel 2:20

    Daniel habló y dijo: “¡Sea bendito el nombre de Dios desde la eternidad hasta la eternidad! Porque suyos son la sabiduría y el poder.

  • Daniel 2:21

    Él cambia los tiempos y las ocasiones; quita reyes y pone reyes. Da sabiduría a los sabios y conocimiento a los entendidos.

  • Daniel 2:22

    Él revela las cosas profundas y escondidas; conoce lo que hay en las tinieblas y con él mora la luz.

  • Daniel 2:23

    A ti, oh Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado sabiduría y poder. Y ahora me has dado a conocer lo que te hemos pedido, pues nos has dado a conocer el asunto del rey”.

  • Daniel 2:24

    Después de esto, Daniel entró a la presencia de Arioc, a quien el rey había comisionado para hacer perecer a los sabios de Babilonia. Fue y le dijo así: — No hagas perecer a los sabios de Babilonia. Llévame a la presencia del rey y yo declararé al rey la interpretación.

  • Daniel 2:25

    Entonces Arioc llevó apresuradamente a Daniel a la presencia del rey y le dijo así: — He hallado un hombre de los cautivos de Judá, quien dará a conocer al rey la interpretación.

  • Daniel 2:26

    El rey habló y preguntó a Daniel, cuyo nombre era Beltesasar: — ¿Podrás tú darme a conocer el sueño que tuve y su interpretación?

  • Daniel 2:27

    Daniel respondió en presencia del rey diciendo: — El misterio sobre el cual el rey pregunta, ni los sabios ni los encantadores ni los magos ni los adivinos lo pueden declarar al rey.

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