• Eclesiastés 5:13

    Hay un grave mal que he visto debajo del sol: las riquezas guardadas por su dueño, para su propio mal;

  • Eclesiastés 5:14

    o aquellas riquezas que se pierden en un mal negocio. Y al engendrar un hijo nada le queda en la mano.

  • Eclesiastés 5:15

    Como salió del vientre de su madre, desnudo, así volverá; tal como vino se irá. Nada de su duro trabajo llevará en su mano cuando se vaya.

  • Eclesiastés 5:16

    Este también es un grave mal: que de la misma manera que vino, así vuelva. ¿Y de qué le aprovecha afanarse para el viento?

  • Eclesiastés 5:17

    Además, consume todos los días de su vida en tinieblas con mucha frustración, enfermedad y resentimiento.

  • Eclesiastés 5:18

    He aquí, pues, el bien que yo he visto: que lo agradable es comer y beber, y tomar satisfacción en todo el duro trabajo con que se afana debajo del sol, durante los contados días de la vida que Dios le ha dado; porque esta es su porción.

  • Eclesiastés 5:19

    Asimismo, el que Dios le dé a un hombre riquezas y posesiones, permitiéndole también comer de ellas, tomar su porción y gozarse de su duro trabajo, esto es un don de Dios.

  • Eclesiastés 5:20

    Ciertamente no se acordará mucho de los días de su vida, ya que Dios lo mantiene ocupado con la alegría de su corazón.

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