• Eclesiastés 9:2

    es vanidada, puesto que a todos les sucede lo mismo: al justo y al impío, al bueno y al malob, al puro y al impuro, al que ofrece sacrificios y al que no los ofrece. Como el bueno, así es el que peca; y el que jura, como el que teme el jurar.

  • Eclesiastés 9:3

    Este es el mal que hay en todo lo que se hace debajo del sol: que a todos les sucede lo mismo; también que el corazón de los hijos del hombre está lleno de mal, que la locura está en su corazón mientras dura su vida, y que después descienden al lugar de los muertos.

  • Eclesiastés 9:4

    Pero para todo aquel que está unido a los vivos hay esperanza, pues mejor es perro vivo que león muerto.

  • Eclesiastés 9:5

    Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos no saben nada ni tienen más recompensa, pues la memoria de ellos es puesta en el olvido.

  • Eclesiastés 9:6

    También han desaparecido su amor, su odio y su envidia. Ya no tienen parte en este mundo, en todo lo que se hace debajo del sol.

  • Eclesiastés 9:7

    Anda, come tu pan con gozo y bebe tu vino con alegre corazón, porque tus obras ya son aceptables a Dios.

  • Eclesiastés 9:8

    En todo tiempo sean blancas tus vestiduras, y nunca falte aceite perfumado sobre tu cabeza.

  • Eclesiastés 9:9

    Goza de la vida, con la mujer que amas, todos los días de tu vana vida que Dios te ha dado debajo del sol; porque esta es la porción de tu vida y del duro trabajo con que te afanas debajo del sol.

  • Eclesiastés 9:10

    Todo lo que te venga a la mano para hacer, hazlo con empeño. Porque en el Seol, a donde vas, no hay obras, ni cuentas, ni conocimiento, ni sabiduría.

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