• Génesis 2:5

    aún no había en la tierra ningún arbusto del campo ni había germinado ninguna planta del campo, porque el SEÑOR Dios no había hecho llover sobre la tierra ni había hombre para cultivarla.

  • Génesis 2:6

    Pero subía de la tierra un manantial que regaba toda la superficie de la tierra.

  • Génesis 2:7

    Entonces el SEÑOR Dios formó al hombre del polvo de la tierra. Sopló en su nariz aliento de vida, y el hombre llegó a ser un ser viviente.

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