• Mateo 12:22

    Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego y mudo; y lo sanó, de manera que el mudo hablaba y veía.

  • Mateo 12:23

    Toda la gente estaba atónita y decía: — ¿Acaso será este el Hijo de David?

  • Mateo 12:24

    Pero al oírlo, los fariseos dijeron: — Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebul, el príncipe de los demonios.

  • Mateo 12:25

    Pero como Jesús conocía sus pensamientos, les dijo: — Todo reino dividido contra sí mismo está arruinado. Y ninguna ciudad o casa dividida contra sí misma permanecerá.

  • Mateo 12:26

    Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido. ¿Cómo, pues, permanecerá en pie su reino?

  • Mateo 12:27

    Y si yo echo fuera los demonios por Beelzebul, ¿por quién los echan fuera sus hijos? Por tanto, ellos serán sus jueces.

  • Mateo 12:28

    Pero si por el Espíritu de Dios yo echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a ustedes el reino de Dios.

  • Mateo 12:29

    Porque, ¿cómo puede alguien entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes a menos que primero ate al hombre fuerte? Y entonces saqueará su casa.

  • Mateo 12:30

    El que no está conmigo, contra mí está; y el que conmigo no recoge, desparrama.

  • Mateo 12:31

    »Por esto les digo que todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada.

  • Mateo 12:32

    Y a cualquiera que diga palabra contra el Hijo del Hombre le será perdonado; pero a cualquiera que hable contra el Espíritu Santo no le será perdonado ni en este mundo ni en el venidero.

  • Mateo 12:33

    »O hagan bueno el árbol y bueno su fruto, o hagan malo el árbol y malo su fruto; porque el árbol es conocido por su fruto.

  • Mateo 12:34

    ¡Generación de víboras! ¿Cómo podrán ustedes, siendo malos, hablar cosas buenas? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.

  • Mateo 12:35

    El hombre bueno del buen tesoro saca cosas buenas, y el hombre malo del mal tesoro saca cosas malas.

  • Mateo 12:36

    Pero yo les digo que en el día del juicio los hombres darán cuenta de toda palabra ociosa que hablen.

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