• Mateo 20:20

    Entonces se acercó a él la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrándose ante él y pidiéndole algo.

  • Mateo 20:21

    Él le dijo: — ¿Qué deseas? Ella le dijo: — Ordena que en tu reino estos dos hijos míos se sienten el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.

  • Mateo 20:22

    Entonces respondiendo Jesús dijo: — No saben lo que piden. ¿Pueden beber la copa que yo he de beber? Ellos le dijeron: — Podemos.

  • Mateo 20:23

    Les dijo: — A la verdad, beberán de mi copa; pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es mío concederlo, sino que es para quienes lo ha preparado mi Padre.

  • Mateo 20:24

    Cuando los diez oyeron esto, se enojaron contra los dos hermanos.

  • Mateo 20:25

    Entonces Jesús los llamó y les dijo: — Saben que los gobernantes de los gentiles se enseñorean de ellos, y los que son grandes ejercen autoridad sobre ellos.

  • Mateo 20:26

    Entre ustedes no será así. Más bien, cualquiera que anhele ser grande entre ustedes será su servidor;

  • Mateo 20:27

    y el que anhele ser el primero entre ustedes, será su siervo.

  • Mateo 20:28

    De la misma manera, el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.

  • Mateo 20:29

    Saliendo ellos de Jericó, lo siguió una gran multitud.

  • Mateo 20:30

    Y he aquí dos ciegos estaban sentados junto al camino y, cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron diciendo: — ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!

  • Mateo 20:31

    La gente los reprendía para que se callaran, pero ellos gritaron aún más fuerte diciendo: — ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!

  • Mateo 20:32

    Jesús se detuvo, los llamó y les dijo: — ¿Qué quieren que les haga?

  • Mateo 20:33

    Le dijeron: — Señor, que sean abiertos nuestros ojos.

  • Mateo 20:34

    Entonces Jesús, conmovido dentro de sí, les tocó los ojos; y de inmediato recobraron la vista y lo siguieron.

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