• Mateo 8:18

    Cuando se vio rodeado de una multitud, Jesús mandó que pasaran a la otra orilla.

  • Mateo 8:19

    Entonces se le acercó un escriba y le dijo: — Maestro, te seguiré a dondequiera que vayas.

  • Mateo 8:20

    Jesús le dijo: — Las zorras tienen cuevas, y las aves del cielo tienen nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.

  • Mateo 8:21

    Otro de sus discípulos le dijo: — Señor, permíteme que primero vaya y entierre a mi padre.

  • Mateo 8:22

    Pero Jesús le dijo: — Sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos.

  • Mateo 8:23

    Él entró en la barca, y sus discípulos lo siguieron.

  • Mateo 8:24

    Y de repente se levantó una tempestad tan grande en el mar que las olas cubrían la barca, pero él dormía.

  • Mateo 8:25

    Y acercándose, lo despertaron diciendo: — ¡Señor, sálvanos, que perecemos!

  • Mateo 8:26

    Y él les dijo: — ¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe? Entonces se levantó y reprendió a los vientos y al mar, y se hizo grande bonanza.

  • Mateo 8:27

    Los hombres se maravillaron y decían: — ¿Qué clase de hombre es este, que hasta los vientos y el mar le obedecen?

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