- 
                
                
Oigan, hijos, la enseñanza de un padre; estén atentos para adquirir entendimiento.
             
                    - 
                
                
No abandonen mi instrucción, porque yo les doy buena enseñanza.
             
                    - 
                
                
Pues yo también fui hijo de mi padre, tierno y singular delante de mi madre.
             
                    - 
                
                
Y él me enseñaba y me decía: “Retenga tu corazón mis palabras; guarda mis mandamientos y vivirás”.
             
                    - 
                
                
¡Adquiere sabiduría! ¡Adquiere entendimiento! No te olvides ni te apartes de los dichos de mi boca.
             
                    - 
                
                
No la abandones y ella te guardará; ámala y te preservará.
             
                    - 
                
                
¡Sabiduría ante todo! ¡Adquiere sabiduría! Y antes que toda posesión, adquiere entendimiento.
             
                    - 
                
                
Apréciala y ella te levantará; y cuando la hayas abrazado, te honrará.
             
                    - 
                
                
Diadema de gracia dará a tu cabeza; corona de hermosura te otorgará.
             
                    - 
                
                
Escucha, hijo mío, y recibe mis dichos y se te multiplicarán años de vida.
             
                    - 
                
                
En el camino de la sabiduría te he instruido y por sendas de rectitud te he hecho andar.
             
                    - 
                
                
Cuando camines, tus pasos no hallarán impedimento; y si corres, no tropezarás.
             
                    - 
                
                
Aférrate a la disciplina y no la sueltes; consérvala, porque ella es tu vida.