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Y él me enseñaba y me decía: “Retenga tu corazón mis palabras; guarda mis mandamientos y vivirás”.
             
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¡Adquiere sabiduría! ¡Adquiere entendimiento! No te olvides ni te apartes de los dichos de mi boca.
             
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No la abandones y ella te guardará; ámala y te preservará.
             
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¡Sabiduría ante todo! ¡Adquiere sabiduría! Y antes que toda posesión, adquiere entendimiento.
             
            
    
    
    
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