• Salmo 102:3

    Porque mis días se han disipado como humo; mis huesos arden como un brasero.

  • Salmo 102:4

    Mi corazón ha sido herido y se ha secado como la hierba por lo cual me olvidé de comer mi pan.

  • Salmo 102:5

    Por la voz de mi gemido mis huesos se han pegado a mi carne.

  • Salmo 102:6

    Soy semejante al búho del desierto; soy como la lechuza de los sequedales.

  • Salmo 102:7

    Estoy insomne; soy como un pájaro solitario sobre el tejado.

  • Salmo 102:8

    Todo el día me afrentan mis enemigos; los que me escarnecen se han conjurado contra mí.

  • Salmo 102:9

    Por eso he comido ceniza como pan, y mi bebida mezclo con llanto

  • Salmo 102:10

    a causa de tu enojo y de tu ira. Porque me levantaste y me arrojaste,

  • Salmo 102:11

    mis días son como la sombra que se va. Me he secado como la hierba.

Continúa después de la publicidad