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Mictam de David Guárdame, oh Dios, porque en ti me he refugiado.
             
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Oh alma mía, dijiste al SEÑOR: “¡Tú eres el Señor! Para mí no hay bien aparte de ti.
             
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Para con los santos que están en la tierra y para con los íntegros es toda mi complacencia”.
             
            
    
    
    
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