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[1] Salmo de David. A ti, oh SEÑOR, levantaré mi alma.
             
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¡Dios mío, en ti confío! No sea yo avergonzado. No triunfen sobre mí mis enemigos.
             
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Ciertamente ninguno de los que confían en ti será avergonzado. Serán avergonzados los que se rebelan sin causa.
             
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Muéstrame, oh SEÑOR, tus caminos; enséñame tus sendas.
             
            
    
    
    
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