• Salmo 25:1

    [1] Salmo de David. A ti, oh SEÑOR, levantaré mi alma.

  • Salmo 25:2

    ¡Dios mío, en ti confío! No sea yo avergonzado. No triunfen sobre mí mis enemigos.

  • Salmo 25:3

    Ciertamente ninguno de los que confían en ti será avergonzado. Serán avergonzados los que se rebelan sin causa.

  • Salmo 25:4

    Muéstrame, oh SEÑOR, tus caminos; enséñame tus sendas.

  • Salmo 25:5

    Encamíname en tu verdad y enséñame porque tú eres el Dios de mi salvación. En ti he esperado todo el día.

  • Salmo 25:6

    Acuérdate, oh SEÑOR, de tu compasión y de tu misericordia que son perpetuas.

  • Salmo 25:7

    No te acuerdes de los pecados de mi juventud ni de mis rebeliones. Conforme a tu misericordia acuérdate de mí, por tu bondad, oh SEÑOR.

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