• Salmo 27:4

    Una cosa he pedido al SEÑOR; esta buscaré: que more yo en la casa del SEÑOR todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del SEÑOR y para inquirir en su templo.

  • Salmo 27:5

    Porque en su enramada me esconderá en el día del mal; me ocultará en lo reservado de su tabernáculo; me pondrá en alto sobre una roca.

  • Salmo 27:6

    Ahora levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean, y en su tabernáculo ofreceré sacrificios de júbilo. Cantaré y entonaré salmos al SEÑOR.

  • Salmo 27:7

    Escucha, oh SEÑOR, mi voz con que clamo a ti. Ten misericordia de mí y respóndeme.

  • Salmo 27:8

    Mi corazón ha dicho: “Busquen su rostro”. ¡Tu rostro buscaré, oh SEÑOR!

  • Salmo 27:9

    No escondas de mí tu rostro; no apartes con ira a tu siervo. Tú has sido mi ayuda; no me dejes ni me desampares, oh Dios de mi salvación.

  • Salmo 27:10

    Aunque mi padre y mi madre me dejen, con todo, el SEÑOR me recogerá.

  • Salmo 27:11

    Enséñame, oh SEÑOR, tu camino; guíame por sendas de rectitud a causa de los que me son contrarios.

  • Salmo 27:12

    No me entregues a la voluntad de mis adversarios, porque contra mí se han levantado testigos falsos que respiran violencia.

  • Salmo 27:13

    ¡Oh, si yo no creyese que he de ver la bondad del SEÑOR en la tierra de los vivientes!

  • Salmo 27:14

    Espera en el SEÑOR. Esfuérzate y aliéntese tu corazón. ¡Sí, espera en el SEÑOR!

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