• Salmo 36:1

    Al músico principal. Salmo de David, siervo de Dios. La transgresión habla al impío dentro de su corazón; no hay temor de Dios delante de sus ojos.

  • Salmo 36:2

    Por eso se lisonjea en sus propios ojos hasta que su iniquidad sea aborrecimiento.

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