• Salmo 38:2

    Porque tus flechas han penetrado en mí, y sobre mí ha descendido tu mano.

  • Salmo 38:3

    No hay parte sana en mi cuerpo a causa de tu ira; no hay paz en mis huesos a causa de mi pecado.

  • Salmo 38:4

    Porque mis iniquidades han sobrepasado mi cabeza; como carga pesada me agobian.

  • Salmo 38:5

    Hieden y supuran mis heridas a causa de mi locura.

  • Salmo 38:6

    Estoy encorvado y abatido en gran manera; ando enlutado todo el día.

  • Salmo 38:7

    Porque mis espaldas están inflamadas, y no hay parte sana en mi cuerpo.

  • Salmo 38:8

    Estoy debilitado y totalmente molido; gimo a causa de la conmoción de mi corazón.

  • Salmo 38:9

    Oh Señor, delante de ti están todos mis deseos, y mi gemido no te es oculto.

  • Salmo 38:10

    Mi corazón palpita fuertemente, y mi vigor me ha abandonado. Aun la luz de mis ojos ya no está conmigo.

Continúa después de la publicidad