- 
                
                
Masquil de Asaf. ¿Por qué, oh Dios, nos has desechado para siempre? ¿Por qué humea tu furor contra las ovejas de tu prado?
             
                    - 
                
                
Acuérdate de tu congregación que adquiriste en tiempos antiguos y redimiste para que sea la tribu de tu heredad: este monte Sion en el cual has habitado.
             
                    - 
                
                
Dirige tus pasos hacia las ruinas perpetuas; todo lo ha destruido el enemigo en el santuario.
             
                    - 
                
                
Tus adversarios han rugido en medio de tu santuario y han puesto sus estandartes por señal.
             
                    - 
                
                
Fueron semejantes a los que levantan el hacha contra el tupido bosque.
             
                    - 
                
                
Ahora, con hachas y barras han destruido todas tus entalladuras.
             
                    - 
                
                
Han prendido fuego a tu santuario; han profanado el tabernáculo de tu nombre, echándolo a tierra.
             
                    - 
                
                
Dijeron en su corazón: “¡Destruyámoslos de una vez!”. Han quemado todos los lugares de culto a Dios en el país.
             
                    - 
                
                
Ya no distinguimos nuestras señales; ya no hay profeta, ni con nosotros hay quien sepa hasta cuándo…
             
                    - 
                
                
¿Hasta cuándo, oh Dios, nos ha de afrentar el adversario? ¿Ha de ultrajar el enemigo tu nombre perpetuamente?
             
                    - 
                
                
¿Por qué retraes tu mano y retienes tu diestra en tu seno?
             
            
    
    
    
            Continúa después de la publicidad