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Porque al SEÑOR, que es mi refugio, al Altísimo, has puesto como tu morada,
             
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no te sobrevendrá mal ni la plaga se acercará a tu tienda.
             
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Pues a sus ángeles dará órdenes acerca de ti para que te guarden en todos tus caminos.
             
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En sus manos te llevarán de modo que tu pie no tropiece en piedra.
             
            
    
    
    
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