• 1 Reyes 18:17

    y sucedió que cuando Acab vio a Elías, le dijo: — ¿Eres tú, el que está trastornando a Israel?

  • 1 Reyes 18:18

    Y él respondió: — Yo no he trastornado a Israel, sino tú y tu casa paterna, al haber abandonado los mandamientos del SEÑOR y al haber seguido a los Baales.

  • 1 Reyes 18:19

    Ahora pues, manda que se reúnan conmigo en el monte Carmelo todo Israel, los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal y los cuatrocientos profetas de Asera que comen de la mesa de Jezabel.

  • 1 Reyes 18:20

    Entonces Acab convocó a todos los hijos de Israel y reunió a los profetas en el monte Carmelo.

  • 1 Reyes 18:21

    Elías se acercó a todo el pueblo y dijo: — ¿Hasta cuándo vacilarán entre dos opiniones? Si el SEÑOR es Dios, ¡síganlo! Y si Baal, ¡síganlo! Pero el pueblo no le respondió nada.

  • 1 Reyes 18:22

    Entonces Elías volvió a decir al pueblo: — Solo yo he quedado como profeta del SEÑOR, pero de los profetas de Baal hay cuatrocientos cincuenta hombres.

  • 1 Reyes 18:23

    Dennos, pues, dos toros. Escojan ellos un toro para sí, córtenlo en pedazos y pónganlo sobre la leña; pero no pongan fuego. Yo prepararé el otro toro y lo pondré sobre la leña, pero no pondré fuego.

  • 1 Reyes 18:24

    Luego invoquen ustedes el nombre de su dios, y yo invocaré el nombre del SEÑOR. El Dios que responda con fuego, ¡ese es Dios! Todo el pueblo respondió y dijo: — ¡Bien dicho!

  • 1 Reyes 18:25

    Entonces Elías dijo a los profetas de Baal: — Escojan el toro y prepárenlo ustedes primero, porque ustedes son la mayoría. Invoquen el nombre de su dios, pero no pongan fuego.

  • 1 Reyes 18:26

    Ellos tomaron el toro que les fue dado, y lo prepararon. Luego invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: — ¡Oh Baal, respóndenos! Pero no hubo voz ni quien respondiera. Mientras tanto ellos danzaban junto al altar que habían hecho.

  • 1 Reyes 18:27

    Y sucedió que hacia el mediodía, Elías se burlaba de ellos diciendo: — ¡Griten a gran voz, porque es un dios! Quizás está meditando, o está ocupado, o está de viaje. Quizás está dormido y hay que despertarlo.

  • 1 Reyes 18:28

    Ellos clamaban a gran voz y se sajaban el cuerpo con espadas y con lanzas, conforme a su costumbre, hasta hacer chorrear la sangre sobre ellos.

  • 1 Reyes 18:29

    Y sucedió que cuando pasó el mediodía, ellos seguían profetizando frenéticamente hasta la hora de ofrecer la ofrenda vegetal, y no había voz ni quien respondiera ni escuchara.

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