No tuve reposo en mi espíritu, por no haber hallado a mi hermano Tito; así, despidiéndome de ellos, partí para Macedonia.

No hay descanso en mi espíritu - más bien 'no hay descanso para mi espíritu'. Como aquí su "espíritu" no tenía descanso, así en, su "carne". Su "espíritu" -no por mero impulso humano, sino bajo el Espíritu Santo - concluyó por lo tanto que ya no era necesario valerse de la "puerta" de la utilidad en Troas.

Me despido de ellos - los discípulos en Troas.

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