Me volví y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; pero el tiempo y la casualidad les acontecen a todos.

La carrera (es) no para los veloces (ya que pueden verse obstaculizados por un pequeño obstáculo). (Ver; Juan 20:4  espiritualmente .)

Ni la batalla a los fuertes, volviendo al sentimiento; debemos, por lo tanto, no sólo hacer la obra de Dios 'con poder', sino también con el sentimiento de que el acontecimiento está enteramente 'en la mano de Dios'. (Ver)

Pan, sustento.

Ni aún el favor, de los grandes: o la popularidad.

Oportunidad, aparentemente, realmente Providencia. Pero como el hombre no puede 'descubrirlo', necesita 'con todas sus fuerzas' para aprovechar las oportunidades. Los deberes son nuestros; eventos, de Dios ("Mis tiempos están en tu mano") El azar no es un poder independiente de Dios; sino que es lo que le sucede al hombre independientemente de su control. Si Dios es nuestro amigo, los poderes desplegados contra nosotros, por formidables que parezcan, no pueden destruirnos. Si dependiera de la fuerza humana, el pueblo de Dios no podría resistir a sus enemigos.

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