Regresé y vi que esto puede tener algún respeto con el verso anterior: por haber instado a los hombres a trabajar con todas sus fuerzas, ahora agrega, a modo de precaución, que, sin embargo, no deben confiar en su propia fuerza, como si estuvieran seguro de éxito por ello, pero deben mirar a Dios por su bendición, sin la cual todos sus esfuerzos serían en vano. Pero parece principalmente agregarse, ya sea, como otro ejemplo de la libertad y el poder de la providencia de Dios, en la disposición de los asuntos humanos, de los cuales habló Eclesiastés 9:1 ; o como otra de las vanidades de esta vida presente; que la carrera no es para los veloces. O la capacidad de correr, o el éxito y la victoria en la carrera; ni la batalla al fuerte, la victoria en la batalla;ni las riquezas a los hombres de entendimiento, que todavía tienen más probabilidades de obtener y conservar riquezas; ni tampoco favorezca la Aceptación y el amor de los hombres; a los hombres de habilidad que sepan cómo conducirse a sí mismos y a todos los asuntos y, por lo tanto, es más probable que encuentren el favor, al menos, a los ojos de quienes necesitan sus servicios; pero el tiempo y la casualidad les suceden a todos. Hay tiempos o estaciones, casuales para los hombres, pero conocidos por Dios, en los que solo Él dará éxito a los hombres.

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