Porque Jehová había dicho a Moisés: Di a los hijos de Israel: Vosotros sois pueblo de dura cerviz; en un momento subiré en medio de vosotros, y os consumiré; saber qué hacer contigo.

Quítate tus adornos. En las épocas de luto es costumbre de los pueblos orientales despojarse de todos los adornos y despojarse de sus joyas, de su oro y de todo lo rico y espléndido de su vestimenta. Esta muestra de su dolor la exigió el Señor a su pueblo ofensor. [La Septuaginta dice: afelesthe tas stolas toon doxoon humoon kai ton kosmon, kai deixoo soi ha poieesoo soi, kai perieilanto ho huioi Israeel, ton kosmon autoon kai teen peristoleen apo tou orous tou Chooreeb: "Ahora, pues, despojaos de vuestras espléndidas vestiduras y de vuestros ornamentos, y os mostraré lo que os haré. Y los hijos de Israel se quitaron sus ornamentos y su vestimenta superior junto al monte Horeb'. Los traductores de la Septuaginta insertaron esta referencia a las vestimentas hermosas', porque era una práctica habitual en las épocas de dolor, cuando florecían].

Aunque parece haber sido desconocida por los primeros israelitas, era un uso establecido en los tiempos de la monarquía que el pueblo, despojándose de cualquier vestimenta alegre o elegante, en profunda humillación, asumiera el cilicio (cf. 1 Samuel 19:24 ; Isaías 32:11 ; Miqueas 1:8 , etc.); y es común entre los dolientes orientales todavía aparecer con ropas de color oscuro, o al menos dejar de lado cualquier cosa que parezca ornamental (Morier's 'Travels', vol. 1:,p. 178; Pitt's 'Pilgrimage to Mecca', pp. 115, 116).

Para que yo pueda saber qué hacer contigo. El lenguaje se acomoda a las débiles apreciaciones de los hombres. Dios juzga el estado del corazón por el carácter de la conducta. En el caso de los israelitas, Él abrigaba un designio de misericordia; y en el momento en que discernió los primeros síntomas de contrición, al despojarse de sus ornamentos, como penitentes conscientes de su error y sinceramente apenados, este hecho añadió su peso a la fervorosa oración de Moisés, y le dio prevalencia ante Dios en favor del pueblo.

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