Y yo te digo: Deja ir a mi hijo para que me sirva; y si rehúsas dejarlo ir, he aquí, mataré a tu hijo, aun a tu primogénito.

Si te niegas... mataré a tu hijo, incluso a tu primogénito. La muerte del primogénito en el palacio, y en toda la tierra de Egipto, como acto de retribución por negar su primogénito a Dios, llevaría de manera enfática a los negocios y al seno de los egipcios el pleno significado de la frase: "Israel es mi primogénito."

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad