Y el SEÑOR dijo a Moisés y a Aarón: Tomad puñados de ceniza del horno, y que Moisés la esparza hacia el cielo a la vista del Faraón.

Tomad para vosotros puñados... La siguiente plaga atacó a las personas de los egipcios, y apareció en forma de erupciones ulcerosas en la piel y la carne  ( Levítico 13:20 ; Job 2:7 ; 2 Reyes 20:7 ).

Que esta epidemia no surgió de causas naturales era evidente por el efecto que tuvo la acción particular de Moisés realizada a la vista del Faraón. Se han dado varias explicaciones de esta plaga. Una clase de escritores dice que la actitud que Moisés y Aarón asumieron fue similar a la de los magos orientales, quienes, "cuando pronuncian una imprecación sobre un individuo, un pueblo o un país, toman las cenizas del estiércol de las vacas (es decir, de un fuego común) y las lanzan al aire, diciendo a los objetos de su desagrado, tal enfermedad o tal maldición vendrá sobre ti" (Roberts 'Orient. Illustrations'). Pero este acto no es análogo al de Moisés, quien ciertamente no pronunció ninguna conjuración a la manera de los adivinos paganos.

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