Entonces se acercaron las siervas, ellas y sus niños, y se inclinaron.

Entonces se acercaron las siervas, ellas y sus hijos,... Todos los hijos de Jacob sin reservas habían dejado sus literas o vehículos, y estaban a pie, como apareciendo ante su superior. Esta era una muestra de profundo respeto y, aunque muy marcada, parecería natural; porque Esaú siendo el hermano mayor, según la costumbre de Oriente, tenía derecho a un trato respetuoso de su hermano menor. Sus asistentes quedarían impresionados por él y, según las costumbres orientales, lo magnificarían a la vista de su señor.

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