Entonces me acordé de la palabra del Señor, que dijo: Ciertamente Juan bautizó con agua; mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo.

Entonces me acordé de la palabra del Señor, cómo dijo: Juan ciertamente bautizó con agua; mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo. El contraste entre el bautismo en agua y el del Espíritu, como el don especial del Cristo glorificado, y el objeto supremo de la aspiración creyente, se abalanzó sobre su mente y decidió la cuestión con él.

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