Si Dios, pues, les concedió también el mismo don que a nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo que pudiese estorbar a Dios?

Por cuanto Dios les dio a ellos el mismo don que a nosotros, que creímos en el Señor Jesucristo. El sentido sería más claro así: 'Por cuanto, pues, Dios dio a los que creyeron en el Señor Jesucristo (es decir, al creer en Él) el mismo don que nos dio a nosotros', y que el don más alto que el Señor ascendido de todo tiene que otorgarnos incluso a nosotros: el bautismo del Espíritu Santo,

¿Qué era yo, que podía resistir a Dios? - '¿Se me encontraría resistiendo a Dios al negarles el rito externo de entrada en la comunión visible de los santos, y así apartarme de ellos como si todavía estuvieran impuros?'

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