Porque confiaste en tu maldad; dijiste: Nadie me ve. Tu sabiduría y tu ciencia te han pervertido; y has dicho en tu corazón: Yo soy, y fuera de mí nadie más.

Porque has confiado en tu maldad, refiriéndose, como en, a la crueldad con la que Babilonia trató a sus estados súbditos.

Tú has dicho: Nadie me ve. 'No hay quien me castigue.' Los pecadores no están a salvo, aunque parezcan secretos.

Tu sabiduría, astrológica y política ( etc... en cuanto a Egipto).

Te ha pervertido, te ha desviado del camino correcto y seguro.

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