He aquí yo estoy contra ti, oh monte destructor, dice Jehová, que destruyes toda la tierra; y extenderé mi mano sobre ti, y te haré rodar sobre las peñas, y te convertiré en monte quemado.

Oh monte destructor - llamado así, no por su posición, ya que yacía bajo en la "llanura en la tierra de Sinar", donde se construyó la torre original de Babel, sino por su eminencia sobre otras naciones, muchas de las cuales había "destruido"; también debido a sus altos palacios, torres, jardines colgantes apoyados en arcos, y murallas de 50 codos reales de ancho y 200 codos reales de alto.

Yo... te haré rodar desde las rocas - es decir, desde tus fortificaciones y murallas rocosas.

Te convertiré en un monte quemado. Así, al sonar la segunda trompeta, "como una gran montaña ardiendo en fuego fue arrojada al mar". Te haré semejante a un volcán que, después de haberse consumido en derramar su lava "destructora" sobre todo el país circundante, cae al vacío y se extingue, quedando sólo las "rocas" circundantes marcando el lugar donde había estado el cráter. Tal era el aspecto de Babilonia después de su destrucción; y como las piedras pómez del volcán quedan en su lugar, no siendo aptas para la construcción, así Babilonia nunca se levantará de sus ruinas.

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