Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que ya hacía mucho tiempo que estaba así, le dijo: ¿Quieres ser sano?

Cuando Jesús lo vio mentir, y supo que ya hacía mucho tiempo que estaba en ese caso. Como sin duda visitó el lugar solo para realizar esta cura, sabía dónde encontrar a su paciente y toda la historia previa de su caso.

Él le dice: ¿Quieres ser sano? ¿Alguien podría dudar de que a un hombre enfermo le gustaría ser curado, o que los pacientes venían allí, y este hombre había regresado una y otra vez, sólo con la esperanza de una cura? Pero nuestro Señor hizo la pregunta, primero, para llamar la atención sobre Sí mismo; luego, haciéndole detallar su caso, profundizar en él el sentimiento de total impotencia; y además, por una pregunta tan singular, engendrar en su corazón abatido la esperanza de una cura. (Ver la nota en.)

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