Respondió Jesús: Demonio no tengo; mas yo honro a mi Padre, y vosotros me deshonráis.

Respondió Jesús: Demonio no tengo. ¡Qué tranquila dignidad hay aquí! En verdad, "cuando fue injuriado, no volvió a injuriar". Compare Pablo ante Festo, "No estoy loco, muy noble Festo". Nuestro Señor no añade: 'Tampoco soy samaritano', para que ni siquiera parezca participar de su desprecio por una raza que ya lo había recibido como el Cristo, y comenzaba a ser bendecida por Él.

Mas yo honro a mi Padre, y vosotros me deshonráis. Este es el lenguaje del sentimiento herido. Pero el interior de Su alma en tales momentos sólo se puede ver en tales declaraciones proféticas como estas: "Por causa de ti he soportado oprobio; vergüenza ha cubierto mi rostro; he llegado a ser un extraño para mis hermanos, un extraño para los de mi madre". hijos, porque el celo de tu casa me consumió, y los denuestos de los que te vituperaban cayeron sobre mí” ( Salmo 69:7 ).

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