Y los hombres de Israel se volvieron contra los hijos de Benjamín, y los hirieron a filo de espada, tanto a los hombres de cada ciudad, como a los animales y a todo lo que tenían a mano; e incendiaron todas las ciudades a las que llegaron.

Los hombres de Israel se volvieron contra los hijos de Benjamín. Esta espantosa venganza, que se extendió desde Gabaa hasta todo el territorio de Benjamín, fue ejecutada bajo el impetuoso impulso de pasiones muy excitadas. Pero, sin duda, los israelitas no eran más que los agentes encargados de infligir las justas retribuciones de Dios; y el recuerdo de esta terrible crisis, que llevó casi al exterminio de toda una tribu, favoreció el bien futuro de toda la nación.

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