Estas son las fiestas solemnes de Jehová, las santas convocaciones, las cuales proclamaréis en sus tiempos.

Fiestas del Señor... en su tiempo. Su celebración tenía lugar en las partes del año correspondientes a nuestros meses de marzo, mayo y septiembre. La sabiduría divina se manifestaba al fijarlas en esos períodos: en invierno, cuando los días eran cortos y los caminos estaban rotos, un viaje largo era impracticable; mientras que en verano la cosecha y la vendimia daban mucho trabajo en los campos.

Además, otra razón para la elección de esas estaciones fue probablemente para contrarrestar la influencia de las asociaciones y hábitos egipcios. Y Dios designó más festivales sagrados para los israelitas en el mes de septiembre que los que el pueblo de Egipto tenía en honor de sus ídolos. Estas instituciones, sin embargo, eran en su mayor parte prospectivas, ya que su celebración no era obligatoria para los israelitas durante su peregrinaje por el desierto, mientras que la celebración regular no debía comenzar hasta su asentamiento en Canaán.

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