Y otro dijo: Me he casado, y por eso no puedo ir.

Y otro dijo: Me he casado, y por eso no puedo ir. Ninguno da una negativa abierta. Cada uno tiene alguna razón propia por la que debe ser excusado. Se dan tres excusas como muestras de todas las demás; y se observará que responden a las tres cosas que se dice que "ahogan la palabra" en la parábola del sembrador, "el cuidado de este mundo",; "el engaño de las riquezas",; y "los placeres de esta vida",.

Cada uno difiere del otro, y cada uno tiene su propia plausibilidad; pero todos llegan al mismo resultado: "Tenemos otras cosas que atender, más urgentes en este momento". Lejos de decir que me niego a venir, cada uno se representa a sí mismo como obstaculizado por algo en el camino en este momento: cuando estos se eliminen, estarán listos. Pero, a pesar de estas plausibilidades, se les considera negadores; y cuando finalmente llamen, el Maestro a su vez los rechazará.

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